Trekking por Ladakh y ascensión al Stok Kangri (Parte I)
Explorando el pequeño Tíbet Indio
Para mí, un viaje tiene tres etapas: su preparación, el propio viaje en sí mismo, y luego, tener la oportunidad de revivirlo a través de las fotos y las cosas que haya escrito sobre él.
En mi caso, como ya os he contado en otras ocasiones, tengo la costumbre de hacer un cuaderno de bitácora, (las citas del mismo las encontraréis en cursiva y entrecomillado) donde detallo mis vivencias. Es gracias a esto que ahora puedo escribir esta nueva entrada del BLOG SigueElRizo, ya que nos remontamos al año 2006, nada más y nada menos que hace once años.
Pero creedme, vale la pena que leáis lo que voy a contaros. Se trata de una gran aventura, la ascensión al Stok Kangri, un pico que pertenece a la cadena montañosa del Himalaya, y forma parte de lo que denominan el Tibet Indio. Su cima, el objetivo principal de este viaje, se encuentra a 6.153m sobre el nivel del mar.
Y he aquí la historia:
Todo empezó como empiezan muchas cosas; con amigos, risas y un “¿por qué no lo hacemos?” Así que seis meses después de aquella tarde, un catorce de agosto, Esther, Alberto, Jorge y la que suscribe, estábamos subiéndonos a un avión con destino a Doha. Bueno, nuestro destino final era Leh, pero hasta llegar ahí, tuvimos que hacer escala en Doha y después en Nueva Deli.
“Acerándonos a Leh, ya desde el cielo, hemos podido apreciar, la inmensidad del Himalaya. ¡¡¡Qué maravilla!!!”
Nos cuesta respirar, lo cual es lógico teniendo en cuenta que estamos a 3.400m.
Y ya, desde la ventana del hotel, se puede ver…”ahí está el Stok Kangri, precioso y nevado, esperando que lo visitemos, imponente, observándonos y dejándose observar”.
Durante cerca de dos semanas iremos caminando acercándonos a la montaña, por el valle de Ladakh, con el fin de ir aclimatándonos. Es muy importante que nuestro organismo se vaya adaptando poco a poco a la altitud y la falta de oxígeno. Así que primero pasamos un par de días en Leh. Visitamos el monasterio budista de Thinksey, Shanti Stopa, los monasterios de Phyang y Spituk, así como el palacio y castillo de Leh, los dos situados muy cerca el uno del otro, desde donde se puede apreciar perfectamente la cordillera de los Kangris, denominada así por el gran protagonista de este viaje.
Y empezamos nuestro trekking.
Vamos acompañados de un guía-sherpa llamado Taksi, un cocinero y dos porteadores, así que en total somos ocho personas, y además, cuatro caballos que llevan las tiendas de campaña y comida para las dos semanas. Ya en nuestro primer día, vamos notando los cambios en nuestro cuerpo: se te acelera el corazón (y no es por amor), te falta el aire, vas despacio, te cuesta respirar, pero todo eso pasa a un segundo plano al ver el paisaje.
“Caminamos al lado del margen de un río que nos acompaña en todo momento con su relajante sonido”.
Llegamos a Phu, que se encuentra a 4.500m, donde pasamos la noche, previo montaje de tiendas de campaña (primera vez que lo hago). ¡¡¡Menuda historia!!!!
Segundo día: Phu-Digar La- Chumik
Ha sido un día duro. Hemos partido de 4.500m y hemos llegado a un paso situado a 5.224m. Mentiría si dijera que no ha sido una etapa dura, ya que la respiración dificultaba cada paso.
“Y mientras, ahí estaba el Stok Kangri, mirándonos, parece como si nos estuviera poniendo a prueba para ver si somos dignos de coronar su cima.”
Una vez alcanzado el paso, hemos comenzado un descenso por el valle bajando 490m, para llegar a la zona donde haremos noche. Justo al lado de un río y de fondo, la cadena de los Karakorum. Para alguien como yo, a quien la ciudad le encanta y vive en el centro de Madrid, hacer noche al lado de un río es un auténtico lujo. ¿Os lo podéis imaginar?
Tercer y cuarto día: Chumik -Yogma- Digar- Zangskar
Jornada fácil porque es prácticamente toda de bajada hasta llegar a Digar, que está situado a 3.916m. Comienza a diluviar, y por suerte, Taksi, nuestro guía, conoce a una lugareña que nos da cobijo mientras llegan las mulas. Nos invita a leche de yak. Es un gran privilegio recibir esta invitación pero no os podría describir lo mal que sabe y como tienes que hacer de tripas corazón para bebértelo. Sería una gran descortesía no hacerlo.
Si no eres un habitual de los trekkings te puede parecer extraño que se suba y se baje, cuando en realidad el objetivo es alcanzar un pico que está en lo más alto. La razón de esto es la aclimatación. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse a la nueva situación y lo ha de hacer paulatinamente para no dañarse.
El resto de las jornadas han ido acompañadas de risas, anécdotas, y por supuesto fotos, muchas fotos.
Cuarto y quinto día: Zangskar- Thongde- Chuchan
Al llegar a Thongde alcanzamos los 4.700m, y todos de una forma u otra acuciamos la altura, y más si tenemos en cuenta que hemos alcanzado un desnivel de 890m. Nuestros síntomas son los típicos: dolor de cabeza, mareos, dificultad al respirar. Como contrapartida a estos malestares disfrutamos de acampar en una explanada desde la que divisamos unas montañas extraordinarias, con el río al lado y yaks corriendo como locos.
Como colofón de la jornada, llegar hasta el paso Wailas, que está a 5.200m.
Sexto día: Chuchan- Stok
Llegamos a Stok, ya va quedando menos, mucho menos, para alcanzar nuestro objetivo.
Aquí coincidimos con Jesús Calleja, que en aquellos tiempos no era conocido, y colaboraba con VSanga, la empresa con la que habíamos gestionado el viaje. Un gran momento en el que escuchamos muchas de sus experiencias, y tomamos nota de las recomendaciones para la ascensión.
Tic-tac, tic-tac…un día, dos días, tres días….
CONTINUARÁ…
Fotos: SigueElRizo
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